
Las enfermedades inflamatorias crónicas pueden tomar años antes de que sus primeros signos sean evidentes, pero su destrucción puede ser de gran alcance. La inflamación en estos casos funciona a nivel microscópico: no lo verá con los ojos hasta que sea lo suficientemente agresivo como para causar algún síntoma como una articulación inflamada. Y no es un problema aislado: la inflamación crónica va de la mano con otras cuestiones como el daño oxidativo, que actúan en conjunto para desencadenar o exacerbar la enfermedad y aceleran el envejecimiento.
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